Disputa de Derechos de Autor: The New York Times Litiga contra ChatGPT y Microsoft
El miércoles pasado, The New York Times, uno de los periódicos más influyentes a nivel mundial, presentó una demanda contra Microsoft y OpenAI, la entidad detrás de ChatGPT. La acusación se centra en la presunta infracción de derechos de autor y el uso indebido de la propiedad intelectual del periódico para el entrenamiento de modelos lingüísticos de gran escala.
Ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, el editor del diario responsabilizó a ambas compañías de «miles de millones de dólares en daños legales y reales». Según The New York Times, esto se debe a la «copia ilegal y uso de las obras excepcionalmente valiosas» del periódico en la capacitación de sistemas como ChatGPT.
El periódico subrayó que estas herramientas, como ChatGPT, se desarrollaron utilizando periodismo independiente y contenido que solo está disponible gracias a la inversión significativa de recursos y experiencia en informar, editar y verificar por parte de The Times y sus pares.
Según un informe de CNBC, el bufete de abogados Susman Godfrey está representando a The New York Times en este caso. Este mismo bufete fue el encargado de representar a Dominion Voting Systems en una demanda por difamación contra Fox News, que concluyó con un acuerdo de $787.5 millones.
Susman Godfrey también está llevando otra demanda en paralelo, representando al autor Julian Sancton y a otros escritores. Esta segunda demanda acusa a OpenAI y Microsoft de utilizar materiales protegidos por derechos de autor sin autorización para entrenar diversas versiones de ChatGPT.
La controversia gira en torno a ChatGPT, un modelo de lenguaje capaz de generar contenido similar al humano en respuesta a las indicaciones del usuario. Este utiliza información derivada de miles de millones de parámetros, recopilada de datos web públicos hasta el año 2021.
De acuerdo con CNBC, editores de medios y creadores de contenido están enfrentando la creciente problemática de que sus materiales son utilizados y reinterpretados por herramientas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, DALL-E, Midjourney y Stable Diffusion. En muchos casos, el contenido producido por estos programas puede parecerse al material original.
Esta preocupación se intensifica entre los editores de periódicos, ya que temen que la proliferación de chatbots de inteligencia artificial conduzca a una disminución en la consulta de información proveniente de fuentes tradicionales, impactando así el tráfico y los ingresos de los periódicos.
La demanda presentada por The New York Times refleja un problema más amplio que enfrentan las organizaciones de medios en el contexto del contenido generado por inteligencia artificial y sus posibles efectos en el periodismo y los derechos de propiedad intelectual. A medida que la tecnología avanza, el papel de la inteligencia artificial en la creación de contenido plantea desafíos significativos en términos de ética, derechos de autor y el equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos fundamentales.
Disputa de Derechos de Autor: The New York Times Litiga contra ChatGPT y Microsoft
El miércoles pasado, The New York Times, uno de los periódicos más influyentes a nivel mundial, presentó una demanda contra Microsoft y OpenAI, la entidad detrás de ChatGPT. La acusación se centra en la presunta infracción de derechos de autor y el uso indebido de la propiedad intelectual del periódico para el entrenamiento de modelos lingüísticos de gran escala.
Ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, el editor del diario responsabilizó a ambas compañías de «miles de millones de dólares en daños legales y reales». Según The New York Times, esto se debe a la «copia ilegal y uso de las obras excepcionalmente valiosas» del periódico en la capacitación de sistemas como ChatGPT.
El periódico subrayó que estas herramientas, como ChatGPT, se desarrollaron utilizando periodismo independiente y contenido que solo está disponible gracias a la inversión significativa de recursos y experiencia en informar, editar y verificar por parte de The Times y sus pares.
Según un informe de CNBC, el bufete de abogados Susman Godfrey está representando a The New York Times en este caso. Este mismo bufete fue el encargado de representar a Dominion Voting Systems en una demanda por difamación contra Fox News, que concluyó con un acuerdo de $787.5 millones.
Susman Godfrey también está llevando otra demanda en paralelo, representando al autor Julian Sancton y a otros escritores. Esta segunda demanda acusa a OpenAI y Microsoft de utilizar materiales protegidos por derechos de autor sin autorización para entrenar diversas versiones de ChatGPT.
La controversia gira en torno a ChatGPT, un modelo de lenguaje capaz de generar contenido similar al humano en respuesta a las indicaciones del usuario. Este utiliza información derivada de miles de millones de parámetros, recopilada de datos web públicos hasta el año 2021.
De acuerdo con CNBC, editores de medios y creadores de contenido están enfrentando la creciente problemática de que sus materiales son utilizados y reinterpretados por herramientas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, DALL-E, Midjourney y Stable Diffusion. En muchos casos, el contenido producido por estos programas puede parecerse al material original.
Esta preocupación se intensifica entre los editores de periódicos, ya que temen que la proliferación de chatbots de inteligencia artificial conduzca a una disminución en la consulta de información proveniente de fuentes tradicionales, impactando así el tráfico y los ingresos de los periódicos.
La demanda presentada por The New York Times refleja un problema más amplio que enfrentan las organizaciones de medios en el contexto del contenido generado por inteligencia artificial y sus posibles efectos en el periodismo y los derechos de propiedad intelectual. A medida que la tecnología avanza, el papel de la inteligencia artificial en la creación de contenido plantea desafíos significativos en términos de ética, derechos de autor y el equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos fundamentales.
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